Características.          
 

         
 

Con referencia a los grupos étnicos o naciones indígenas, que poblaron esta porción amazónica antes del Descubrimiento, no se tienen mayores noticias. De las épocas de la Conquista y la colonia, nos llegaron informaciones no muy precisas algunas y muy interesadas o parcializadas otras.

 
 
Tomando del año 1760 los informes de algunas de las expediciones que desde San Fernando de Atabapo organizó el Comisionado Real José Solano, vemos que citan unos 50 grupos étnicos, aunque el admirable cronista, el padre José Gumilla, para esa época más o menos, reduce a solo unos grupos étnicos. En cuanto al Geógrafo Coronel Agustín Codazzi, estima 27 grupos y unos 20000 indígenas (1841).
 
 
De todos estos grupos se enumerarán únicamente los mencionados por Codazzi en su “Resumen de Geografía de Venezuela”, así:
 
 
::
Curiaranas
::
Etemanos
::
Mandavacas
::
Curuchupanos
::
Averianos
::
Cunipusanas
::
Guaipunabis
::
Curachicanas
::
Tapiras
::
Maquiritares
::
Yócuran
::
Yabanos
::
Guahibos
::
Guainares
::
Azaneni
::
Macos
::
Guaicas
::
Macueni
::
Piaroas
::
Guaharibos
::
Cadupinapos
::
Marináis
::
Quirisicanas
::
Arinacotos
::
Mayocong
::
Mapoyes
::
Barías
 
 
 
 
 
De estos grupos étnicos hay algunos 8 que todavía existen con los mismos nombres. Actualmente, podemos contar dentro del estado Amazonas, 13 naciones indígenas, algunas ya en vías de desaparecer. Debido a los adelantos de la relativamente nueva ciencia Antropológica, algunos pueblos indígenas han sido reclasificados e incluso se ha cambiado el nombre a otros. Además han sido y están siendo estudiados con disciplinas más científicas y, lo que es más positivo, son los propios antropólogos quienes han tomado en sus manos las banderas de la justicia, para defender a estos hermanos aborígenes sobrevivientes de las acometidas exterminadoras tanto de la conquista y colonización española, como de la moderna neocolonización.
 
 
En todas nuestras etnias, el mundo mágico-religioso es muy rico en seres o entes espirituales; el shamanismo está muy extendido, incluyendo hasta los pueblos que se califican de cultos y adelantados. La curación shamánica que se practica en toda la cuenca amazónica y aún más allá, se caracterizan por el llamado “soplo”, como acción de absorber o chupar el mal imaginario y botarlo o lanzarlo con un soplo lejos del enfermo, teniendo como vehículos auxiliares la marac y la droga, que es por lo general el yopo o polvo alucinógeno. El yopo y las bebidas fermentadas son comunes a estos pueblos.
 
 
Puede decirse que estos pueblos están dentro del “área de la yuca” puesto que esta raíz constituye el principal alimento de las tribus amazónicas; de ella fabrican productos como el cazabe (tortas) y el mañoco (harina tostada), de los cuales a su vez fabrican otros productos alimenticios como el yarake o chicha fermentada, las yucotas y mingaos o bebidas.
 
 
Igualmente se podría hablar de la “cultura de la yuca” cuyo uso y consumo trae aparejados usos y costumbres en relación a este producto vegetal. Esto trae tareas laboriosas como fabricación de instrumentos necesarios: el rallo, el sebucán, el manare, mapires, el budare, los volteadores, escobillas de limpieza, fogones especiales para tostar, abanicos, entre otros utensilios, que son usados en la tarea diaria de rallar la yuca, exprimir o sebucanear la masa, cernir y tostar la harina y muchas actividades mas en la misma función. También son de gran importancia las palmeras de moriche y pijiguao, cuyos frutos, madera y hojas, les brindan alimentación, abrigo e instrumentos incluso tejidos y cuerdas, el tren o armazón de madera para colgar los sebucanes.
 
 
Las pinturas corporales son comunes a todos los pueblos aborígenes, utilizando para ello el onoto, el caruto, el curame, y otros tintes vegetales, los cuales cuando quieren hacerlos mas duraderos, los revuelven con resinas como la caraña. Se diferencian varios tipos de pinturas corporales entre las distintas etnias y aún entre los individuos de cada una de estas; es obvio que ellas tienen su significado mágico-religioso. Los instrumentos musicales son variados, hechos de carrizos, cráneos y huesos huecos, conchas de tortuguillas, cortezas de vegetales, macanas de cangrejo, caracoles, tambores o percutores; algunos con carácter sagrado, son tabú para las mujeres.
 
 
Es notorio como en nuestro Amazonas, a solo minutos de vuelos de Puerto Ayacucho, se encuentren culturas tan “primitivas” o marginales, que aún no llegaron a la edad de los metales y menos aún, han pasado por estados o sistemas como la esclavitud o es feudalismo. Algunos de estos pueblos saltarán en el tiempo y el espacio, desde su cultura de cazadores meso-americanos, hasta nuestra flamante civilización, ya en la era nuclear, electrónica, espacial.
 
 
Algún día estos pueblos, hoy sanos y libres, dejarán de consumir peces recién sacados del río o carnes frescas de la fauna silvestre, para comer contaminadas sardinas y carnes enlatadas, dejarán de manejar a remo plácidamente sus monóxilas canoas para volar peligrosamente sobre los ríos con rápidos ruidosos, caros, y esclavizantes para ellos, contaminantes motores fuera de borda.
 
 
El reloj terminará con el tiempo que pasa, por ahora inadvertido para ellos, partiendo los tranquilos días en horas, minutos y segundos. Aquí habla el indio libre de la selva, no el civilizado de la angustia ciudadana. Se ha notado que las naciones aborígenes que se han conservado bastante alejadas de la civilización, logran sobrevivir más numerosas, fuertes y sanas.
 
 
Casi todos estos grupos usan canoas llamadas curiaras o bongos según su tamaño, hechas de una ola pieza de madera con técnicas casi comunes; complementarias está la fabricación y uso de canaletes y remos. Las embarcaciones de los diversos grupos étnicos aparentemente son iguales, pero al observarlas bien, se notan ciertas diferencias, al igual que en los canaletes. Para la fabricación usan los árboles de maderas escogidas, como sazafrás, palo amarillo, cachicamo, mure y otros.
 
 
En cuanto a las espaciosas viviendas, son distintas en sus formas es estructuras, pero poco difieren los materiales vegetales usados: maderas rectas y durísimas, palmas, bejucos o lianas. Son viviendas multifamiliares, dentro de las cuales la vida se desenvuelve en un marco de admirable primitiva armonía y muy sanas costumbres. Debemos recordad la circunstancia que, tanto los ancianos como los niños, aunque no pueden trabajar y producir para la comunidad, no constituyen por esto una carga económica para ella, recibiendo un trato especialmente cariñoso.
 
 
Casi todos estos pueblos practican como actividad para la subsistencia, la cacería, la pesca y una agricultura pequeña, pero suficiente para su alimentación que saben complementar con la recolección de abundantes frutos que les da la selva.
 
 
Una de las cosas que nos hace distinguir un grupo étnico de otro es su lenguaje, puesto que cada uno de estos grupos posee su verdadero idioma. El aprendizaje del español cada día se generaliza mas entre ellos, gracias a la enseñanza bilingüe que se les está implantando ahora. Aunque en materia de idiomas hablados particularmente por cada grupo, habría una excepción con el idioma "Geral" (palabra portuguesa que se traduce por "general"). Este idioma, especie de: "patuá", se formó tomando palabras indígenas del Tupí, Guaraní, Baré, Baniba, Tucano, Maci, de otros idiomas aborígenes y del portugués y el español. Lo llamaríamos el "Esperanto" del Río Negro, puesto que en cada población, de cualquier grupo étnico, hay una o varias personas que lo hablan; incluyendo algunas comunidades indígenas donde ya lo tienen como si fuera su propio idioma. Así, hablando Geral, nos podemos comunicar con cualquier pueblo aborigen del Río Negro o zonas vecinas donde se habla. Esto ha dado lugar para que algunos antropólogos y sociólogos traten equivocadamente el Geral o Yeral, como un grupo étnico aparte, cuando en realidad la etnia Yeral no existe como tal.